martes, 17 de julio de 2012

Tecun Uman


                             Tecún Umán

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Tecún Umán o Tekun Umam en lengua k´iche´ moderna (1500-1524) fue un gran guerrero y último mandatario de los maya-k´iche´ en Guatemala. Según los Anales de los Cakchiqueles, fue vencido por el español Pedro de Alvarado mientras combatía contra los españoles en los prados de El Pinal (Valle de Olintepeque).
un Uman.

Héroe Nacional

Es considerado el más representativo de los k´iche´ por su valentía y dignidad, porque luchó y protegió a su tierra y a su pueblo. Fue declarado oficialmente héroe nacional de Guatemala el 22 de marzo de 1960 y es conmemorado el 20 de febrero, aniversario de su muerte.
En aquel tiempo nadie conocía a este personaje como "Tekun Umam" (Gran Abuelo Tekun), ya que este es un nombre que se le dio posteriormente. En sus tiempos era conocido como el "Ahau Galel" que traducido significa "El nieto del Rey" y en aquella batalla entre k´iche´ y conquistadores Tekun Umam vestía un tocado bellamente adornado con plumas de Quetzal. Esto lo describe el conquistador Pedro de Alvarado en sus crónicas de conquista y ésta fue la base para que posteriormente se le adjudicara el nombre de Quetzaltenango a la ciudad que fundaron los españoles en las cercanías al lugar de la batalla, como lo menciona el conquistador en sus cartas.
A su vez hay una estatua en la ciudad de Guatemala
en su honor.

La leyenda

La historia sobre la batalla del príncipe quiché contra la invasión española sufrió de una mitificación, la leyenda sobre el héroe quiché cuenta que éste luego de resistir ferozmente a las tropas del conquistador español Alvarado en Xelajú (actual Quetzaltenango) se encontró cara a cara en batalla con el mismísimo Pedro de Alvarado. Tecún Umán clavó su lanza en el pecho del caballo de Alvarado. El jinete, después de levantarse mató con su espada de acero al cacique clavándosela en el corazón. La leyenda cuenta que un Quetzal se posó en su sangre y de allí viene el rojo en el pecho del ave. El "mito" creció durante 400 años de colonización y fue acogido como símbolo de libertad durante la conspiración para la independencia.
Afortunadamente existe El Título K’oyoi que fue descubierto y publicado por el antropólogo Robert Carmack, pionero y experto en los estudios sobre los quichés. El manuscrito está en la Colección Robert Garrett de Manuscritos Mesoamericanos en la Biblioteca de la Universidad de Princeton. El manuscrito dedica en total 8, de las 56 páginas al evento de la llegada de los españoles y a Tecún. Basándose en este texto, Carmack ya planteó la historicidad del personaje de Tecún Umán en 1979.
El texto declara que los quichés ya estaban enterados del avance de los españoles. Estaban preparándose, construyendo obstáculos en forma de grandes lajas de piedras, fortificaciones y zanjas con estacas. Luego describe a los invasores y se muestran impresionados por sus armas, su armadura y los caballos.
Narra además cómo los españoles y sus tropas auxiliares simplemente derribaron las fortificaciones. Los señores quichés estaban asustados y mandaron mensajeros a Q’umarkaj (Utatlán) para pedir refuerzos. Enseguida salió por Tzijbachaj (hoy Totonicapán) el gran capitán adelantado, Tecún nieto del rey don Kikab.
Aquí se menciona por primera vez a Tecún Umán. Vemos que se llama Tecún, y que Umán se refiere a su parentesco con el famoso señor quiché Kikab.

La gallardía del capitán Tecúm

En el documento conocido como Títulos de la Casa Ixquin Nehaib, Señora del Territorio de Otzoyá, que data del siglo XVI, se relata el encuentro frontal entre Tecum Umán (sic) y Pedro de Alvarado, a quienes los quichés llaman Tunadiúh, nombre que derivó de Tonatiuh, como fue nombrado por los mexicas.
Ahí se consigna que el capitán Tecum venía vestido con un traje de plumas de quetzal, una esmeralda muy grande en el pecho, que parecía espejo, y otras más en la frente y la espalda.
Al atacar a Pedro de Alvarado, "el capitán Tecum alzó el vuelo, que venía hecho águila, lleno de plumas que nacían de sí mismo y no eran postizas. Traía alas que también nacían de su cuerpo..”
El documento agrega que tras matar al capitán quiché, Alvarado dijo a sus soldados que no había visto otro indio tan apuesto y lleno de plumas tan bellas en México, Tlaxcala o el resto de los pueblos que había conquistado.