Tecún Umán
Tecún Umán o Tekun Umam en lengua k´iche´ moderna (1500-1524) fue un gran guerrero y último mandatario de los maya-k´iche´ en Guatemala. Según los Anales de los Cakchiqueles, fue vencido por el español Pedro de Alvarado mientras combatía contra los españoles en los prados de El Pinal (Valle de Olintepeque).
un Uman.
Héroe Nacional
Es considerado el más representativo de los k´iche´ por su valentía y
dignidad, porque luchó y protegió a su tierra y a su pueblo. Fue
declarado oficialmente héroe nacional de Guatemala el 22 de marzo de 1960 y es conmemorado el 20 de febrero, aniversario de su muerte.
En aquel tiempo nadie conocía a este personaje como "Tekun Umam"
(Gran Abuelo Tekun), ya que este es un nombre que se le dio
posteriormente. En sus tiempos era conocido como el "Ahau Galel" que
traducido significa "El nieto del Rey" y en aquella batalla entre
k´iche´ y conquistadores Tekun Umam vestía un tocado bellamente adornado
con plumas de Quetzal. Esto lo describe el conquistador Pedro de
Alvarado en sus crónicas de conquista y ésta fue la base para que
posteriormente se le adjudicara el nombre de Quetzaltenango a la ciudad
que fundaron los españoles en las cercanías al lugar de la batalla, como
lo menciona el conquistador en sus cartas.
A su vez hay una estatua en la ciudad de Guatemala
en su honor.
La leyenda
La historia sobre la batalla del príncipe quiché contra la invasión
española sufrió de una mitificación, la leyenda sobre el héroe quiché
cuenta que éste luego de resistir ferozmente a las tropas del
conquistador español Alvarado en Xelajú (actual Quetzaltenango)
se encontró cara a cara en batalla con el mismísimo Pedro de Alvarado.
Tecún Umán clavó su lanza en el pecho del caballo de Alvarado. El
jinete, después de levantarse mató con su espada de acero al cacique
clavándosela en el corazón. La leyenda cuenta que un Quetzal
se posó en su sangre y de allí viene el rojo en el pecho del ave. El
"mito" creció durante 400 años de colonización y fue acogido como
símbolo de libertad durante la conspiración para la independencia.
Afortunadamente existe El Título K’oyoi que fue descubierto y publicado por el antropólogo Robert Carmack,
pionero y experto en los estudios sobre los quichés. El manuscrito está
en la Colección Robert Garrett de Manuscritos Mesoamericanos en la
Biblioteca de la Universidad de Princeton. El manuscrito dedica en total
8, de las 56 páginas al evento de la llegada de los españoles y a
Tecún. Basándose en este texto, Carmack ya planteó la historicidad del
personaje de Tecún Umán en 1979.
El texto declara que los quichés ya estaban enterados del avance de
los españoles. Estaban preparándose, construyendo obstáculos en forma de
grandes lajas de piedras, fortificaciones y zanjas con estacas. Luego
describe a los invasores y se muestran impresionados por sus armas, su
armadura y los caballos.
Narra además cómo los españoles y sus tropas auxiliares simplemente
derribaron las fortificaciones. Los señores quichés estaban asustados y
mandaron mensajeros a Q’umarkaj (Utatlán) para pedir refuerzos.
Enseguida salió por Tzijbachaj (hoy Totonicapán) el gran capitán
adelantado, Tecún nieto del rey don Kikab.
Aquí se menciona por primera vez a Tecún Umán. Vemos que se llama
Tecún, y que Umán se refiere a su parentesco con el famoso señor quiché
Kikab.
La gallardía del capitán Tecúm
En el documento conocido como Títulos de la Casa Ixquin Nehaib, Señora del Territorio de Otzoyá, que data del siglo XVI, se relata el encuentro frontal entre Tecum Umán (sic) y Pedro de Alvarado, a quienes los quichés llaman Tunadiúh, nombre que derivó de Tonatiuh, como fue nombrado por los mexicas.Ahí se consigna que el capitán Tecum venía vestido con un traje de plumas de quetzal, una esmeralda muy grande en el pecho, que parecía espejo, y otras más en la frente y la espalda.
Al atacar a Pedro de Alvarado, "el capitán Tecum alzó el vuelo, que venía hecho águila, lleno de plumas que nacían de sí mismo y no eran postizas. Traía alas que también nacían de su cuerpo..”
El documento agrega que tras matar al capitán quiché, Alvarado dijo a sus soldados que no había visto otro indio tan apuesto y lleno de plumas tan bellas en México, Tlaxcala o el resto de los pueblos que había conquistado.